¿Qué es realmente la vida? ¿Qué es el amor? ¿Existe la felicidad? y, ¿qué decir de la amistad?
Como de costumbre, en mi cabeza hay muchas preguntas, mi panorama de la vida es confuso…
Por un lado tengo grandes sueños e ideales, pero por otro, me inunda el miedo de que se queden sólo en eso, en sueños. Dicen por ahí que soñar no cuesta nada, aunque a veces este temor ni siquiera me permite dejar volar mi imaginación ya que me siento cohibida, limitada por las circunstancias.
No quisiera volverme materialista, pero de cierto modo mi entorno me lleva a ello. El dinero no es la felicidad, ¡pero se parece tanto!
Tal vez mi ideal de felicidad sea erróneo, no diciendo que actualmente no soy feliz; no obstante el mundo me parece inmenso, infinito y me gustaría estar inmersa por lo menos en una porción de él, expandir mis horizontes, aprender de otras culturas, probar nuevas comidas, bailar al ritmo de instrumentos exóticos y desconocidos, conocer un poco… en fin, sentirme libre, apreciar lo que tengo al conocer las experiencias de personas menos favorecidas, desear progresar al vivir situaciones mejores, irme de mi casa, extrañarla, volver , que después de algún tiempo pueda reencontrarme con mis hermanas y saber que la relación nunca cambió…
Parece que el hecho de existir no es suficiente para una mente soñadora, siempre habrá un anhelo por avanzar, por hacer de lo cotidiano algo singular, por salirse de los límites, por ir más allá de lo que los demás pueden ver, por innovar y por satisfacer el pedido de esa llama interna que consume diariamente lo profundo del alma …
Una vez alguien a quien respeto mucho me dijo que los grandes sueños llevan a grandes triunfos, entonces sólo me resta decirle al futuro que ¡aquí voy!
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