viernes, 13 de mayo de 2011

En la soledad de las multitudes.

Este es un ánimo cambiante, indeciso, desconocido… Existe, pero nunca se manifiesta de manera notoria, por lo menos no como hoy.
Hoy empiezo a darme cuenta de que en lo profundo del corazón hay una dimensión desconocida, que el inconsciente abarca mucho más que recuerdos y que además cada hecho, cada palabra quedan ahí grabados evocando sentimientos cuando por fin a causa de algo pueden ser recordados.
Hay cosas que podemos explicar, pero que no queremos reconocer, sin embargo este no es mi caso. Creo que es algo tan arraigado en mí que ni yo misma logro entenderlo; es un instinto, algo que llega. No es nuevo, ya me había ocurrido y al igual que antes, no sé porqué surgió y no sé porqué tomo la actitud que tomo.
Es confuso, me molesta el no saber qué hacer, que pensar o que decir. Me molesta de gran manera lo impredecibles de las personas y más aún cuando esta impredecibilidad es para mal. Toman las cosas de una forma errónea y forman imágenes ficticias en sus mentes que divagan en especulaciones y se alejan de lo que en realidad es y lo cual se quiso expresar.
Es triste porque ya sea por mis actitudes o por las circunstancias, de nuevo me siento sola e incomprendida. Sola, porque aunque muchos me rodean, hay cierto vacío el cual no sé de donde sale ni cómo suplirlo. Incomprendida, ya que puedo contar con ciertas personas, pero tal vez no hay la suficiente comprensión o el suficiente grado de compenetración con esa persona. ¡No sé!
He perdido la confianza en otros y no sé si algún día podré encontrar una persona como con la que alguna vez conté.

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